El Yorkshire Terrier se creó en Inglaterra a mediados del siglo XIX en función de las necesidades de los cazadores. Los repetidos cruces entre diversas razas dieron como resultado un perro más pequeño y alerta, rápido en la madriguera y con la caza, y a la vez fácil de esconder en caso de ejercer la caza furtiva. Muy pronto, el Yorkshire Terrier gustó a los burgueses de la región y la raza empezó a presentarse en las exposiciones caninas.
Altura a la cruz: el estándar no la indica
Peso: menos de 3,178 kg.
Capa: gris acero y leonada, pelo largo, brillante y abundante
Promedio de vida: unos diez años
Carácter: travieso, afectuoso y apegado al dueño
Relación con los niños: muy buena
Relación con otros perros: buena
Aptitudes: perro de compañía
Necesidades del espacio: restringidas, pero debe hacer ejercicio
Alimentación del Yorkshire Terrier: de 70 a 90 g. diarios de alimento completo seco
Arreglo: sesión semanal, cepillado y peinados diarios, un baño mensual como mínimo
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